El lunes el espíritu de Tito dejó este mundo.
Se fue en paz. Quiero creer que se fue en paz.
Estuvo a mi lado, como siempre, a pesar de todo estuvo a mi lado. Seguramente -por estar enfermo- necesitaba más aún estar cerca mío, por eso, cuando advirtió que regresé a casa, se me acercó y lo tomé en mis brazos. Le di un poco de agua fresca y luego lo acomodé junto a mi cama. En ningún momento se mostró sufriendo, sólo estaba muy quieto, demasiado tranquilo.
Finalmente, se quedó dormido.
Esta vez para siempre.
Esta vez para siempre.
lo siento mucho, acompaño tu sentimiento... cuidate... besos
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